¿QUÉ ES UN LIBRO?

Ayer, 3 de abril de 2019, un amigo me preguntó: «¿Porqué tengo que comprar tu libro, y porqué tengo que leerlo?»

Este hombre defiende que para se escritor hay que ser un entendido en la materia; no comprendía lo que quería decirme. así que me propuso la pregunta de otra forma: «Me gustan mucho los libros de tal escritor que es veterinario y escribe sobre los animales».

Ahora sí le comprendí; parece ser que para escribir sobre tal tema tienes que ser un entendido en la materia. Y le respondí: «Soy aficionado a la música, al estudio de ella, y también a las conspiraciones. Así que he escrito un libro que engloba esas cosas que me gustan».

Realmente me sorprendió su perspectiva; nunca imaginé que alguien debe estar anclado a lo que hace. Y pensando llegué a la conclusión que JJ Benitez nunca debió escribir la saga de Caballo de Troya, pues no es miembro de la iglesia, tampoco es historiador. Luego llegué a la conclusión de que J. K. Rowling tampoco es maga, ni bruja; no debería haber escrito la saga de Harry Potter, y ya no digamos a Tolkien y a su señor de los anillos…

En definitiva; estas personas, escritores, anduvieron por un camino erróneo, o tal vez el prisma desde el que mi amigo mira está un poco borroso, obcecado por un inexistente ideal.

¿Y EL PORQUÉ TIENE QUE LEERME?

Otra pregunta, con una respuesta algo compleja. Generalmente, en mi caso, cuando compro un libro es por varias cuestiones; la primera por que conozco al escritor, la segunda por que he encontrado en su sinopsis algo que puede atraerme, y la tercera por que hubo alguien que me habló bien de una publicación. No hay más!!

Pero, sin pensarlo mucho: ¿Qué es un libro?

Según la RAE:

1. Conjunto de muchas hojas de papel u otro de material semejante que, encuadernadas, forman un volumen.

2.m. Obra científica, literaria o de cualquier otra índole con extensión suficiente para formar volumen, que puede aparecer impresa o en otro soporte.

3.m. Cada una de ciertas partes principales en que suelen dividirse las obras científicas o literarias, y los códigos y leyes de gran extensión..

SEGÚN MI PARECER:

Un libro es una historia que yo te cuento, algo que pueda emocionarte (enfado, dolor, risas, llantos, … ). También es algo con lo que puedas aprender o recordar cosas que habías dejado olvidadas en alguna parte de tu memoria. Y, por supuestos, pasajes de una historia que ten hagan viajar más allá de la realidad, o incluso sentarse al lado de la realidad y darte una visión distinta o alterada de aquella.

Aparte de eso, no olvides que detrás de un libro hay muchas horas de trabajo. En «Jota; un largo día» empleé un año y medio de mi tiempo de ocio para poder ofrecerte esta historia. Los libros no se escriben solos y, salvo que sea un libro de historia, hay que tener ese 10% de inspiración que te haga caer en el hilo de la historia, para después aplicar el 90% restante en plasmarlo.

Antes y después de escribirlo, hay que pasa por varias etapas:

1.- Idea y concepción de la narrativa.

2.- Proceso de Revisión.

3.- Registro de la obra.

4.-Diseño de la portada y encuadernación.

5.- ISBN y Depósito Legal. ¿Necesarios?

6.- Publicación. A tener en cuenta.

¿Y tú, qué crees que es un libro?

Idea narrativa

PASIÓN Y AMOR (A TENER EN CUENTA): Esto es lo primero que tendrás que abordar y comprender. Cuando, desde pequeño, alguien comienza a jugar al futbol, a practicar natación, a montar a caballo, a tocar el piano o la guitarra, no está pensando en ser alguien famoso ni rico. Ni tan siquiera valora si su futuro seguirá por ese cauce. Solamente se trata de disfrutar. Plantéatelo así, o mejor que no sigas, porque vas directo a chocarte contra un grueso muro de piedra e hierro.

SOBRE QUÉ ESCRIBIR. Escribir un libro no es una labor fácil. Nos encantan los retos, así que habrá que enfrentarse a este que supone la creación literaria. Y como en cualquier otro arte pues surge de la concesión de la idea. Lo primero que habrá que hacer es buscar algo que nos guste. No te centres en lo que está de moda. No pienses en cuántos lectores podrán leer tu historia. Recuerda que solo quieres jugar a la pelota o irte al local de ensayo, coger tu batería y aporrearla con las baquetas. Solamente se trata de disfrutar.

UNA Y MIL PÁGINAS. No busques hacer una historia larga, ni una historia corta, solo la historia que quieras hacer.

Es que hay unos libros tochos. ¿Y qué? uno de los mejores libros que leí solo contaba con 64 páginas. Hay personas a las que les encanta las grandes historias enfrascadas en libros de 700 páginas, y también quienes jamás cogerán un libro con semejante número de páginas. Hay quien se agobia nada más ver el lomo de un libro.

Si tu libro requiere muchas páginas pues adelante, pero si requiere pocas pues también está bien. No rellenes por rellenar.

SIGUE EL CURSO DEL RÍO HASTA SU DESEMBOCADURA. Si tu libro fuera un río así sería: iría desde su nacimiento hasta su desembocadura; ni más ni menos. El Guadalquivir nace en Sierra de Cazorla (Jaén) y desemboca en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz). Ese es tu libro. Esta debe sus tu historia. Debes tener claro dónde comienza y dónde termina. Y recordar que se trata de un río, ni océano, ni montaña; un río.

Las historias deben contarse así, de esa manera. No introduzcas cosas que sea ajenas a la historia, pues terminarás por confundir al lector.

Tampoco debes obviar el curso Del Río: no es un mar ni un océano, pero desemboca allí. No es una montaña ni una sierra, pero seguro que las atraviesa.

DETALLES Y EMOCIONES: No hay más ciego que quien no quiere ver ni más sordo que quien no quiere escuchar. El libro conlleva eso. El lector debe visualizar lo que le estás contando. Debe sentir rabia, dolor, impotencia, amor y cuales otros sentimientos que quieras transmitir en la historia.

REALIDAD O FICCIÓN. ¿SER O NO SER? ESA ES LA CUESTIÓN: Pues claro que esa es la cuestión. En una narración todo vale. Lo irreal y lo real, la ficción. Las guerras y las mentiras. Solo se trata de escribir de lo que te apetezca. No hay más.

Y, una vez que tengas toda tu historia plasmada, al siguiente paso

Proceso de revisión de un libro

PUNTO DE PARTIDA: Una vez escrito el libro, y antes de proceder a su publicación, debe someterse a un sistema de revisión y corrección, pues siempre hay detalles que se escapan al escritor, y no es para menos. Un manuscrito de más de 84.000 palabras (como es éste «Jota; un largo día» necesita de ese proceso para pulir lo que en él se relata.

PRIMERO. ARGUMENTO Y DESCRIPCIONES. La revisión de la obra se centra en establecer la estructura básica del texto. Se busca comprobar errores en el argumento y errores en las descripciones de los personajes y la historia que se quiere contar.

SEGUNDO. CONGRUENCIA Y RELACIONES. Por tanto, no solo deberías narrar la historia sino también datar personajes, lugares y fechas (si es que las hubiera o fueran necesarias para tu historia). Además de establecer la relación entre estos datos. y las incongruencias entre los personajes (es algo distinto a la descripción de éstos). Se busca con ella que sea bien entendible.

TERCERO. CORRECCIONES DE ESTILO: Esta fase es bastante ardua, tanto o más que las anteriores.

La revisión lingüística es muy importante. No consiste solo en saber qué escribes sino cómo lo escribes. Debes eliminar palabras que sean consideradas intrusas en el idioma. Respetar el lenguaje es sumamente importante. Los términos que pertenecen a otros idiomas, y por muy de moda que estén en la sociedad, no aportan nada a tu idioma, solo abocan por la destrucción del mismo. Si existe una palabra que defina lo que quieres expresar seguro que está en tu idioma.

Esta fase también incluye las posibles redundancias en las frases y oraciones. Procura decir o describir algo sin repetir. o al menos no repetir más allá de lo que es necesario.

En todo momento debemos ceñirnos a lo que recoge la Real Academia de la Lengua Española, en cuanto a diversos cambios producido, como por ejemplo, la desaparición de la tilde en los pronombres demostrativos.

Y es sumamente no dejarse guiar por las modas, en cuanto a términos mediáticos que no son aceptados por la Academia, el sentido común debe primar por encima de estos.

CUARTO. CORRECCIÓN ORTOTIPOGRÁFICA: la revisión de ortografía y de tipografía ( frases dudosas, expresiones inadecuadas , y uso de los elementos que intervienen en la comunicación escrita, como son los puntos «.», las comas «,» … ).

Queda claro que esta fase conlleva no solo la corrección sino también detalles personales del escritor. Una forma de personalizar sus escritos. Hay escritores que buscan dar un toque personal mediante la consecución de oraciones y frases cortas, separadas por puntos, otros por comas. Otros que establecen cierta forma de encuadrar esas oraciones, como por ejemplo colocar el adjetivo detrás del nombre, —siempre, en todas las ocasiones—-

Ejemplo: «El ave rapaz» ó «El rapaz ave».

Esto es una cosa, una forma de escribir. Pero aquí viene una duda que quizá pasaste por alto: ¿»El ave» o «La ave»? ¿Lo tienes claro?

He aquí lo que dice la fundación Fundéu

Todo vale para que cualquier lector pueda detectar nuestra manera de escribir. Incluso la utilización de expresiones malsonantes o inadecuadas. Es un recurso literario, como otros muchos. Solo has de pensar en cómo utilizarlos. Tal vez lo creas así, sin embargo, cuando hablo de expresiones inadecuadas me estoy refiriendo a otras cuestiones como la utilización de una misma expresión durante toda la narración para referirme a algo. Esto puede suponer un enfoque personal, o puede terminar por quemar al lector.

Ejemplo. En la vida real a cualquier persona puede llamarla de distinta manera, según el entorno y momento en el que se mueva. Si estamos en un entorno familiar pues se podrían dirigirse a ti con un adjetivo: «niño, bichito» o con un diminutivo de tu nombre: «Pepe o Pepillo». Si estás en un entorno laboral y podría ser de otra manera.

EJEMPLO: Donde Trabajo tengo un compañero portugués, se llama Paulo, y habla muy pausado. Le gustan las bromas y toca la guitarra. Así que hay ciertas maneras de dirigirse a él, tanto en primera como en tercera persona:

Portugués, extranjero, guitarrista, músico, Paulo, bromista.

Lo cierto es que resulta mucho más enriquecedor que utilizar siempre una única manera de dirigirse a alguien. Pero también es cierto que si se utilizan muchos términos para referirse a alguien se llevará a ofrecer muchas confusiones al lector, aunque todo vale. Mi recomendación: utilizar varias formas de llamar a un personaje, pero sin abusar.

QUINTO: REALIZA TUS PROPIAS CORRECCIONES. Corrige una y más veces. Envía una copia a esa persona de confianza que te ayudará en este y otros procesos.

Hay quien cae en el error de pensar que —si al final lleva el libro a una editorial o coge el camino de la autopublicación con una editorial de por medio— habrá «profesionales» que van a realizar una buena corrección. Créeme: No he visto a ninguno.

Nuevamente te ofrezco mi recomendación: Una vez que termines el libro, y antes de que pases al siguiente proceso (el de registro puedes hacerlo, pero no el de diseño de la portada y encuadernación): Aléjate del libro por unas semanas o meses. Luego retómalo desde el comienzo. Y verás que todo cambia. Verás que hay aspectos que no te gustan y deberías cambiarlo.

También te digo: No abuses de esto. Si no jamás publicarás el libro. Cada vez que miramos un libro veremos que hubo algo que no nos gustó y quisiéramos cambiarlo. Con que hagas este ejercicio una vez bastará. No olvides que todo dependerá de tu estado de ánimo.

Después de esto ya estarás listo para el siguiente paso.

Registro de la obra

¿Qué es el registro de una obra?

Es el único método que existe para que nadie pueda arrebatarte la autoría de tu obra.

¿Es obligatorio el registro? ¿Y necesario?

No, registrar una obra no es obligatorio. Pero si es aconsejable y necesario, si no quieres tener problemas legales. Imagina los quebraderos de cabeza, juicios inclusive, si tuvieras que defender que una obra es tuya. Alguien podría registrarla, aunque no fuera suya (eso en verdad es lo que cuenta) y luego tendrás que demostrar que es de tu autoría.

¿Cómo y dónde registrar?

Hay pocos lugares donde poder registrar una obra. Por lo general se debería acudir a un organismo oficial. Aunque también existe la opciones de RPI a través de entidades privadas que operan, como no podía ser de otra manera, a través de la red. Entre ellas está Safecreative y Registered Commons. Sin embargo, estos tipos de registros, los de entidades privadas, podrían no considerarse como válidas ante los juzgados (en en caso de liturgias por autoría). Dicho de otra manera, pueden ser consideradas como pruebas complementaria, pero jamás podrá suplir a la que se realiza en el organismo oficial, donde sí queda remarcada quién o quiénes son los autores de la obra.

Así que lo aconsejable es acudir a un organismo oficial. En España, por ejemplo , tienes la opción telemática, y siempre bajo certificado digital. Y luego está el registro presencial; las oficinas presenciales de cada provincia.

NOTAS PARA AUTOR O AUTORES: A la hora de rellenar la solicitud, si la obra literaria tuviera ilustraciones, hay que hacerlas constar, en el número de páginas del formato en el que se registra y el nombre del autor de la ilustración o ilustraciones.

En cualquier caso los trámites no difieren mucho.

  1. Acudir a la oficina provincial de registro de la propiedad intelectual (RPI). O en la web del ministerio.

  2. Rellenar y presentar la Solicitud, junto con una copia de la obra. Si se va a presentar en persona, la copia puede ser en formato físico( encuadernación en papel) o en archivo digital mediante soporte electrónico, como un USB (no hay que olvidar que en ese USB no puede haber nada más que no sea el archivo que se pretende registrar).

  3. Pagar la tasa correspondiente. En caso de la opción presencial; primero se acude al registro, se recoge el formulario para pagar las tasas, luego se va al banco, y nuevamente se acude a la oficina de registro para entregar el justificante de las tasas junto con la solicitud y la copia de la obra a registrar.

¿Es lo mismo registro de depósito legal?

El depósito legal es un trámite distinto.

Por un lado tenemos el identificador único para una obra; el ISBN. Pero vamos a más. Una obra puede tener varios ISBN, concretamente uno por cada uno de los formatos en los que se editó (papel, EPUB, PDF, Kindle, …) y también si fue editado por varias editoriales. Así como también, cuando el manuscrito sufre alguna modificación sustancial o considerable, también debe llevar un nuevo ISBN. Hay que destacar que el ISBN, cada uno de ellos, es obligatorio y no es gratuito, salvo en algunas plataformas digitales donde te asignan uno gratis.

El Depósito Legal, es otro paso más, y también otra ley oficial. Y es necesario para que un libro pueda distribuirse en formato físico en librerías, ya sean grandes o pequeñas.

También aquí hay que hacer una matización: si tu libro se va a vender en librerías, pero solo bajo POD (impresión bajo demanda) no es necesario realizar el depósito legal. Se supone que es un trámite gratuito, sin embargo , hay que dejar 4 copias de nuestras obras (da igual el formato, electrónico, físico, o ambos a la vez, sin tener en cuenta cuántos irán de una forma y cuántos de otra)

¿Listo para el siguiente paso?

Diseño de la portada y encuadernación

Antes de proceder al diseño de la portada y encuadernación habrá que tener presente las tripas.

¿Qué son LAS TRIPAS? Supone el interior del libro:

a) Créditos y aspectos legales como son el ISBN, datos del autor y editorial. Diseñador gráfico.

b) Agradecimientos, dedicatorias (si las hubiera)

c) Tabla de contenido o índice al comienzo o al final del libro (si el autor lo considera necesario.

d) Páginas en blanco.

Todo lo anterior supone lo que llamamos las tripas del libro y determina el número total de páginas de la obra. Pero hay otras cosas a tener en cuenta:

X.— Tipo de fuente y tamaño de esta. El número de páginas no solo dependerá del número de palabras, sino también de la fuente aplicada y de su tamaño. Por lo general, suelo escribir con dos tipos de fuentes: Garamond 13 o Palatino 11 (aunque últimamente me inclino por esta última, por ser algo más oscura y gruesa, mejor visibilidad). El tamaño De la fuente, es muy importante, y dependerá del público al que vaya dirigida tu obra.

Si tu obra fuera entregada a una editorial buscarán minimizar las páginas (siempre conservando el estilo y una tipografía aceptable) y poco podrás hacer, salvo que estés bajo condición o autoedición, donde puedes decidir qué tamaño te conviene.

Si nuestra obra fuese un cuento, concluiremos que se trata para menores de 10 años, incluso algunos no sepan ni leer, por tanto el texto debe ser claro, y con una fuente más que aceptable, mínimo sería de tamaño 16. Si es una novela policiaca, lo normal sería escribirla a tamaño de 12, pero, como dije dos párrafos más arriba, suelo escribir en tamaño 13. MOTIVO: Más comodidad para el lector (yo también soy lector y es de agradecer) sobretodo cuando ya supera la barrera de los 40.

X.— Espacios y sangrías. Este asunto es personal y, como ya dijimos, dependerá del tipo de obra. Los márgenes suponen otro aliciente, más bien para el lector, pues son muchos los aficionados que utilizan los márgenes para escribir en la novela sus propias anotaciones. De nuevo repercute en el número de páginas. Hay ciertos márgenes y sangrías que se han convertido en norma estándar, pero siempre podrás encontrar recursos en la red:

Plantillas bubook para tu libro.

X. —Orden de los capítulos (si es que los hubiera) u otras separaciones.

En la actualidad, y debido a los ritmos frenéticos que combatimos durante todos los días, la forma de leer también se ha transformado. Hay quien tiene posibilidad de dedicar toda una tarde a leer, pero también de quienes solo tienen tiempo para 10 minutos de lectura. Por tanto, es importante establecer ciertas separaciones entre los párrafos y párrafos que forman una parte del manuscrito, bien por capítulos o segmentos. Y, a su vez, estos pueden subdividirse por partes para conseguir esa lectura más cómoda.

Puntos de separación que puedan emplearse:

» * «, » # #», » @ @». También hay quienes establecen una línea horizontal, y un sin fin de maneras para hacer más llevadero el tiempo de lectura.

NOTA: Deben comenzar siempre en una página impar:

+ El prefacio o prólogo

+ agradecimientos y dedicatorias

+ capítulos

Diseño de la portada

Este es un proceso complejo, pero no más que el proceso de creación, ni tampoco que el de revisión.

A tener en cuenta:

a) El color de fondo de la portada, dependerá del género literario. Tonos claros y rosas para novela romántica, por ejemplo, o fondos oscuros para novela negra. Aunque todo depende de la imagen que sirva de argumento.

b) La imagen de la portada. Mi recomendación es que busques a un ilustrador profesional para que te la realice, salvo que tengas claro qué quieres mostrar en ella, y el manejo de aplicaciones fotográficas, como pueda ser Photoshop, o GIMP (aplicación de código abierta y gratuita) que además cuenta con muchos tutoriales y amplios foros de ayuda.

Podríamos decir que lo anterior nos serviría para crear la portada y la contraportada, incluso el lomo. ¿Pero cuáles son las medidas?

c) Píxeles. Independientemente del ancho del lomo y de la dimensión de la portada, la imagen ha de ser de considerable calidad; los puntos por pulgada (ppp) han de ser, como mínimo, de 300, pero tampoco mucho más. Esto se debe a la resolución de las impresoras que, aunque normalmente suelen ser de 254 ppp, se ha tomado como estándar 300 ppp.

Detalles de la imagen

ENCUADERNACIÓN

Tal vez esto sería lo primero que deberíamos plantearnos antes de proceder a diseñar la portada, dimensiones y número de páginas interior.

X.— El tamaño de formato de tu obra. El estándar es 6X9 pulgadas (ancho X alto), pero existen muchas otras variantes, sin olvidar que el formato sea vertical o apiadado (todo dependerá para qué tipo de obra será).

X.— El tipo de papel y gramaje. Es un delicado asunto, pues el tipo de papel escogido, junto al número de páginas determinarán el ancho del lomo.

Lomo. Mediciones. Hay que tener en cuenta que existen muchas webs donde ya te ofrecen la posibilidad de comprobar el tamaño del lomo, según el número de páginas y el tipo de estas. Digamos que sería el camino más fácil para poder crear la cubierta (portada, contraportada y lomo). Te podrían servir:

Mediciones del lomo.

Plantillas de Amazon.

Create books de Lulú.

Diseño de cubierta de Canva.

Terminado este proceso nos iríamos a ver de qué manera podremos publicar nuestra obra. Sin embargo, deberías tener en cuenta si necesitarás ISBN y depósito legal, dependerá de tus expectativas.

Por último, tanto si pretendes sumergirte en el mundo de la autoedición o autopublicación, como ponerte bajo el manto de alguna editorial, te recomiendo que no pases por alto cualquier posibilidad de enfrentamiento.

ISBN y Depósito legal

Ya hemos hablado del registro, que no es lo mismo que depósito legal.

El ISBN es un identificador obligatorio para un libro.

ISBN: Número Estándar Internacional de Libros. Por tanto se trata de eso, un identificador único para una obra en un determinado formato. ¿Qué quiere decir esto?

Lo pondremos con un ejemplo para que resulte más fácil de ver.

Aquí tenemos 3 versiones diferentes de una misma novela. La primera y segunda corresponden a ediciones físicas, y llevan un ISBN distinto. La tercera imagen se trata de la distribución digital, y esta no lleva ISBN, y sí otro tipo de código; el ASIN (Amazon Standar Identification Number, es un identificador para cualquier artículo que se vende en esta plataforma) no tiene nada que ver con el ISBN.

Esto es, cuando una novela, o mejor dicho, cualquier libro, cambia su portada, la editorial, su tipo de fuente, su número de páginas, en orden en que se haya escrito (inclusive alguna modificación sustancia) o cualquier otra cosa que afecte a esta, el ISBN también ha de cambiar. No hay que olvidar que esto también afecta al formato; físico con tapa dura, o con tapa blanda (el caso de las solapas no afecta al ISBN), formato digital en PDF, EPUB, u otros formatos. Suponen la necesidad de un cambio de ISBN.

Sin embargo, y contrariamente a lo que se pueda pensar, el ISBN NO es obligatorio, y así se recoge en BOE nº10, del 12 de enero de 2009:

El Real Decreto 2063/2008 del Ministerio de Cultura sobre el ISBN, publicado en el BOE número 10, del 12 de enero de 2009, en su “Disposición derogatoria única a)”, deroga la obligatoriedad de consignar el ISBN en las publicaciones, fijada por Decreto 2984/1972. Por tanto, no hay ninguna obligación de solicitar un ISBN para obtener el Depósito Legal ni mucho menos para publicar un libro.

No obstante, si quieres ver tu libro en una librería, sigue siendo necesario contar con el ISBN.

¿Qué nos indica el ISBN?

Hasta antes de 2007, el ISBN se mostraba con 10 dígitos. A partir de esa fecha se añadieron 3 dígitos más, siendo un total de 13 dígitos. Estos 3 dígitos de más, sirven para representar la categoría de artículo de que se trata; 978 ó 979.

En el ejemplo que nos ocupa; «Jota; melodía homicida». Su ISBN es:

979-8629876762

  1. Identificador del artículo: 979 (puede ser 978 ó 979),

  2. Código de país o lengua de origen: 86 (podría ser de hasta 5 dígitos).

  3. Editor o sello editorial: 29876 (Puede llegar hasta 7 dígitos).

  4. Número de artículo: 76 (pueden ser hasta 6 dígitos).

  5. Dígito de control: 2

NOTA sobre código de país: el código de España es el 84. Amazon asigna a los libros que se publican bajo «su sello» el identificador 86, que corresponde al código de los países yugoslavos. Desconozco el motivo, pero supongo que será el económico, pues aquí en España, obtener un código ISBN tiene un coste de 45€.

Más información acerca de cómo establecer un ISBN.

¿Quieres saber más del ISBN? Aquí tienes una guía. Y aquí lo que dice la agencia internacional del ISBN.

CURIOSISDADES SOBRE EL ISBN

  • Una obra que se actualiza periódicamente (revistas, diarios, hojas publicitarias) no pueden llevar ISBN. Tampoco las publicaciones bajo demanda.

El depósito Legal (DL) es un requisito indispensable para que un libro pueda distribuirse en librerías. Sin embargo, si la distribución en librerías solamente se produce bajo demanda (POD; impresión bajo demanda) no es necesario el depósito legal.

Aquí la Ley de Depósito Legal.

Publicación. A tener en cuenta

Después de todo el proceso que conlleva escribir un libro bien siendo hora de, como se suele decir, someter la propuesta a decisión: ¿Cómo he de publicar? ¿Qué alternativas se me abren?

La primera sería la de edición tradicional, pero a día de hoy pocas son las editoriales que llamarán a tu puerta. Después de estar atrincherado pensaba presentar mi nueva novela a dos grandes grupos editoriales, planeta y random house, pero cuando leí que la revisión puede llevar 3 meses y que encima, si no les interesa, no te darán contestación, pues decidí abandonar esta idea.

La otra opción que nunca barajaré es la de la coedición. Muy claro tiene que estar el contrato para que tomase esta alternativa. Bajo mi punto de vista; supone un doble engaño.

Por un lado habría que ver en qué consiste esa coedición. ¿Qué se me pedirá? ¿Cuántos ejemplares conformarán la primera tirada? ¿El 50/50 solo se aplica al dinero o también a las decisiones de diseño, publicación y promoción? ¿El porcentaje de beneficios sería igual? Podría seguir exponiendo pregunta tras pregunta. Pero tengo claro que siempre mirarán por su bolsillo, y nunca por el tuyo.

Pondré un LARGO ejemplo; los churros de Doña Florinda:

https://www.youtube.com/watch?v=BPGegY4g4Nk

Al final todo se hace a partes iguales: Doña Florinda hace los churros, y Don Ramón los vende. Cada parte pone su empeño y su esfuerzo en que todo sea así. Si el contrato que te ofrecen es así, y con total claridad en cuanto a lo que cuesta la creación, el diseño, la promoción, pues entonces podrías atreverte, pero procura que todo sea claro y, antes de firmar nada, acércate a un abogado que entienda sobre tal asunto y te asesore sobre tal propuesta.

Por último, y aunque pareciera la propuesta más fiable, también habrá que valorar muchos puntos.

Así que antes de nada, mira que el contrato se base según lo redactado por la Ley de Propiedad Intelectual ( LPI ), y centrémonos en sus artículos para determinar qué tan bueno sería un contrato para ti, el autor de la obra.

La ley de propiedad intelectual regulan, desde el artículo 58 hasta el 73, lo que debería contener el contrato de edición. Y recoge claramente que:

—Las obras futuras no son objeto de contrato.

—El encargo de una obra no es objeto del contrato de edición, pero la remuneración que pudiera convenirse será considerada como anticipo de los derechos que al autor le correspondiesen por la edición, si ésta se realizase.

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QUÉ DEBE CONTENER, COMO MÍNIMO, UN CONTRATO DE EDICIÓN

A) Deberá formalizarse por escrito

B) Debe expresar en todo caso:

B.1. Cesión de derechos, en exclusiva o no. [La cesión de derechos no debería ser exclusiva, salvo que te paguen una cantidad económica que consideres justa. Si no hay dinero de por medio, no deberías aceptar una cesión exclusiva. Otro punto a valorar es el Derecho de traducción].

B.2. Ámbito territorial que abarca.

B.3. Número máximo y mínimo de ejemplares que alcanzará la edición o cada una de las que se convengan. [El contrato será nulo si no expresa este punto].

B.4. La forma de distribución de los ejemplares y los que se reserven al autor, a la crítica y a la promoción de la obra. [El autor debe poder decidir qué tipos de publicaciones se harán. Es algo que debe quedar bien expresado en el contrato.

Por ejemplo; si se pacta la publicación digital, habrá que dejar claro qué tipos de formatos serán los que se van a editar y sobre qué plataformas. Amazon lleva formato Kindle, otras web o librerías digitales u online, ofrecen formato EPUB, y también las hay en PDF, MOBI, etc. Y a esto habría que sumarle si al autor contempla la gestión de derechos digitales (DRM)].

B.5. La remuneración del autor. El anticipo que la editorial entregará al escritor a cuenta de sus derechos de autor. [El contrato será nulo si no expresa este punto].

B.6. El plazo para la puesta en circulación de los ejemplares de la única o primera edición, que no podrá exceder de dos años contados desde que el autor entregue al editor la obra en condiciones adecuadas para realizar la reproducción de la misma. [La omisión de los extremos mencionados en este apartado dará acción a los contratantes para compelerse recíprocamente a subsanar la falta. En defecto de acuerdo, lo hará el Juez atendiendo a las circunstancias del contrato, a los actos de las partes en su ejecución y a los usos.

La limitación del plazo prevista en este apartado no será de aplicación a las ediciones de Antologías de obras ajenas, diccionarios, enciclopedias y colecciones análogas, prólogos, epílogos, presentaciones, introducciones, anotaciones, comentarios e ilustraciones de obras ajenas].

B.7. El plazo en que el autor deberá entregar el original de su obra al editor. [La omisión de los extremos mencionados en este apartado dará acción a los contratantes para compelerse recíprocamente a subsanar la falta. En defecto de acuerdo, lo hará el Juez atendiendo a las circunstancias del contrato, a los actos de las partes en su ejecución y a los usos].

C) La edición en forma de libro deberá expresar:

C.1. La lengua o lenguas en que ha de publicarse la obra. [La falta de expresión de la lengua o lenguas en que haya de publicarse la obra sólo dará derecho al editor a publicarla en el idioma original de la misma. Cuando el contrato establezca la edición de una obra en varias lenguas españolas oficiales, la publicación en una de ellas no exime al editor de la obligación de su publicación en las demás.

La LPI recoge, como punto interesante, la traducción y adaptación de la obra, por ejemplo a formatos audiovisuales. Aquí la propiedad intelectual podría recaer sobre el traductor o el guionista. Cosa que debe quedar bien registrado y explícito en el contrato].

C.2. El anticipo a conceder, en su caso, por el editor al autor a cuenta de sus derechos.

C.3. La modalidad o modalidades de edición y, en su caso, la colección de la que formarán parte.

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OTROS PUNTOS A CONTEMPLAR EN EL CONTRATO DE EDICIÓN

D) Obligaciones del editor:

D.1. Reproducir la obra en la forma convenida, sin modificaciones no consentidas por el autor. Y hacer constar en los ejemplares el nombre del autor, firma o signo que lo identifique.

D.2. Someter las pruebas de la tirada al autor, salvo pacto en contrario.
D.3. Proceder a la distribución de la obra en el plazo y condiciones estipulados.
D.4. Asegurar a la obra una explotación continua y una difusión comercial conforme a los usos habituales en el sector profesional de la edición.
D.5. Satisfacer al autor la remuneración estipulada y, cuando ésta sea proporcional, al menos una vez cada año, la oportuna liquidación, de cuyo contenido le rendirá cuentas. Deberá, asimismo, poner anualmente a disposición de autor un certificado en el que se determinen los datos relativos a la fabricación, distribución y existencias de ejemplares [esto es parte de las obligaciones del Editor, NO es necesario que venga estipulado, pues ya lo determina la LPI]. A estos efectos, si el autor lo solicita, el editor le presentará los correspondientes justificantes.

D.6. Restituir al autor el original de la obra, objeto de la edición, una vez finalizadas las operaciones de impresión y tirada de la misma.

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E) Obligaciones del autor:

E.1. Entregar al editor en debida forma para su reproducción y dentro del plazo convenido la obra objeto de la edición.

E.2. Responder ante el editor de la autoría y originalidad de la obra y del ejercicio pacífico de los derechos que le hubiese cedido.

E.3. Corregir las pruebas de la tirada, salvo pacto en contrario.

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F) DERECHOS DE AUTOR EN CASO DE VENTA EN SALDO Y DESTRUCCIÓN DE LA EDICIÓN [SI no se incluye este punto se atenderá a lo que aquí se dice. Y si existe una cláusula similar habrá que ver en qué difiere de esta ]

F.1. El editor no podrá, sin consentimiento del autor, vender como saldo la edición antes de dos años de la inicial puesta en circulación de los ejemplares. [Salvo que el contrato recoja lo contrario u otros párrafos].

F.2. Transcurrido dicho plazo, si el editor decide vender como saldo los que le resten, lo notificará fehacientemente al autor, quien podrá optar por adquirirlos ejerciendo tanteo sobre el precio de saldo o, en el caso de remuneración proporcional, percibir el 10 por 100 del facturado por el editor. La opción deberá ejercerla dentro de los treinta días siguientes al recibo de la notificación. [Salvo que el contrato recoja lo contrario u otros párrafos].

3. Si, tras el mismo plazo, el editor decide destruir el resto de los ejemplares de una edición, deberá asimismo notificarlo al autor, quien podrá exigir que se le entreguen gratuitamente todos o parte de los ejemplares, dentro del plazo de treinta días desde la notificación. El autor no podrá destinar dichos ejemplares a usos comerciales. [Salvo que el contrato recoja lo contrario u otros párrafos].

*

G) RESOLUCIÓN DE CONTRATO [El contrato podría contener otros motivos de resolución, si no lo ves claro no lo firmes]. Sin perjuicio de las indemnizaciones a que tenga derecho, el autor podrá resolver el contrato de edición en los casos siguientes:

a) Si el editor no realiza la edición de la obra en el plazo y condiciones convenidos.

b) Si el editor incumple alguna de las obligaciones mencionadas en los apartados 2º, 4º y 5º de las obligaciones del autor (recogidos en el artículo 64 de la LPI), no obstante el requerimiento expreso del autor exigiéndole su cumplimiento.

c) Si el editor procede a la venta como saldo o a la destrucción de los ejemplares que le resten de la edición, sin cumplir los requisitos establecidos en el artículo 67 de esta Ley. [Salvo que se haya firmado lo contrario u otro tipo de cláusula].

d) Si el editor cede indebidamente sus derechos a un tercero.

e) Cuando, previstas varias ediciones y agotada la última realizada, el editor no efectúe la siguiente edición en el plazo de un año desde que fuese requerido para ello por el autor [debe ser requerido por el autor, por tanto este a de estar atento]. Una edición se considerará agotada a los efectos de este artículo cuando el número de ejemplares sin vender sea inferior al 5% del total de la edición y, en todo caso, inferior a 100.

f) En los supuestos de liquidación o cambio de titularidad de la empresa editorial, siempre que no se haya iniciado la reproducción de la obra, con devolución, en su caso, de las cantidades percibidas como anticipo.

2. Cuando por cese de la actividad del editor o a consecuencia de un procedimiento concursal se suspenda la explotación de la obra, la autoridad judicial, a instancia del autor, podrá fijar un plazo para que se reanude aquélla, quedando resuelto el contrato de edición si así no se hiciere.

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NO HAY QUE OLVIDAR QUE EL CONTRATO DE EDICIÓN ES QUIZÁ LO QUE MARQUE UN ANTES Y UN DESPUÉS EN TU OBRA. ALGO QUE TE BEENFICIE O TE PERJUDIQUE. POR ESO TE REITERO:

SI NO LO VES CLARO NO LO FIRMES. ASESÓRATE

El camino de la creación

Las piedras son duras, duras como la vida. Dura es una mala tempestad, dura es un pérdida, dura es la inconsciencia que se encuentra tras la fuerte pedrada que durante nuestra vida, y de forma inevitable e ineludible, se recibe.

El camino de la creatividad no es una pieza, sino un camino de piedras, un camino de cabras, para las tercas cabras. De sobras es conocido que el rudo artiodáctilo siempre tira hacia el monte, insistente, imparable e inapelable. Así seguirá hasta alcanzar su meta. El escritor, sin embargo, ha de andar el mismo camino, una y otra vez; del valle a la montaña, de la montaña al valle, con la idea de encontrar un momento de inspiración, un ínfimo detalle que haga saltar la piedra que le proporcione la idea sobre la cual escribir —el 90% es trabajo y el resto inspiración—. A veces, y a duras penas, podrá encontrar una musa en su andar, una que lo saque del casillero de la pasividad, que lo haga querer practicar nuevamente de la senda de la creatividad.

El escritor es un explorador, siempre lo fue, siempre lo será, como todo aquello que es eterno, aunque su reencuentro será limitado por los extremos que nos marca la vida —ojalá siempre tengamos esos extremos, la crónica ya es dura con los años que se nos regala—. Incansablemente, como la cabra, busca piedras nuevas sobre las que despeñarse para encontrar, como si de minería de datos se tratase, la piedra de la inspiración; una especie de bitcoin difícil de obtener, aunque nada es imposible. Pero, al igual que la moneda virtual, cada vez hay menos resquicio de coger un hilo sobre el que tirar, un hilo que sea auténtico, original y único; que tenga valía para el comprador: el lector (lenguaje inclusivo, no lo olvidemos).

Salta la chispa en cualquier momento y, como pescador; siempre con sedal, ha de empuñar su pluma, y ha de contar con papel sobre el que anotar en qué lugar del camino se produjo la inesperada “pedrá”. Todo queda en manos del siempre irresponsable azar, capaz de provocarte un tema sobre el que subrayar cierta perorata que seguramente terminará por alcanzar la cima o, por contra, provocar el abandono de aquella idea, pues muchas son las veces que nos hacen desechar una idea, buena o mala, pero idea.

Pero, ¿que ocurre si se acepta la proposición marcada por la piedra?

Se sube le peldaño y el explorador, así como el camaleón cambia de color, transforma su gorra de explorador por sus gafas de lector, y procede a la investigación; todo un clásico, como una buena película del oeste americano donde el protagonista nunca se queda sin balas.

Las lentes buscan un nuevo significado, una nueva comprensión que le haga alcanzar el sentido de aquellos textos, aún por esgrimir, pero que ahora, por necesidad y complicidad, ha de hallar. Tal vínculo; pluma y estilo, lo conducirán a los sinsabores de otros modelos textuales, a una tipografía, a una manera con la que dar pinceladas a la historia que será contada, según los pormenores sociales de la época a la cual quedará sujeta.

Ya, delante de la pantalla y teclado, pues las señas del pasado —las antiguas máquinas de escribir—,aunque la historia conlleve tintes añejos, ya no tienen cabida en este presente. Se busca esquematizar sobre el primitivo e incipiente boceto. Y, tras la timidez que aún encierra, nuevamente aparecen las palabras extremas; origen y final. 

Primer objetivo alcanzado: principio y fin de la historia; son los pinceles con los que esbozar el lienzo. Sin ellos no se podrá ver hacia adónde dirigir la pluma.

Tomemos ahora este principio y final; estos extremos, como el comienzo y final de una escalera. Imaginemos por un momento que está no tiene fin, se torna pues infinita. Sin embargo, nosotros hemos de parar en algún lugar de la escalera. ¡O tal vez no!

¡Bien! ¡Sentémonos! Tenemos tiempo, aunque siempre falta, pero ahora lo tenemos de manifiesto y, lo más importante, de nuestro lado.

Pensemos en los peldaños, ¿cómo preferirías verlos? Duros, cortos, largos, resbaladizos,…

¡Tranquilo! Eres el narrador, ¿recuerdas? ¡Tú decides!

Fijémonos en el primer peldaño, en cómo comienza nuestra historia.  Ya sabemos cuál será nuestro último escalón. 

¡Sentémonos de nuevo! Podemos observar muy detenidamente, es el comienzo de la historia, pero igual no estamos en el principio de la escalera, sino en medio, o en el final de ella. Tal vez no querremos contar la historia por completo.

OJO: no propongo nada nuevo, ya lo hizo George Lucas con “el imperio contraataca”, aunque la primera, que en realidad fue la tercera; “una nueva esperanza”. No obstante, así se halló, en el tercer piso de la escalera, y no en el principio; este fue publicado 22 años después que el tercer episodio de la saga.

Nunca mejor dicho; aún no hay nada escrito.

Ellas, esas palabras; principio y fin, sin lugar a dudas y pese a quien pese, darán comienzo a la obra literaria. No importa por qué parte de la cuerda se arriman, serán, de forma irremediable, las primeras lozas sobre las que cimentarán los párrafos que todavía están por dibujar, pero antes de comenzar a interpretar lo que la mente le sugiere ha de preparar una estrategia.

La mañana, el café y el asiento, son pesadas máquinas del gimnasio en las que practicar. Tras el primer sorbo se comienza a sembrar el esquema.

Segundo objetivo, este aún por alcanzar, pero pronto llegará

¿Cómo comenzar con él? 

El primer paso ya fue dado; un origen y un fin. El segundo será conducir la estilográfica por un sinuoso camino, algo que dependerá de lo que se pretende.

¿Qué se pretende? ¡Ah! Son muchos los caminos que pueden surgir; una novela, unos poemas, un libro de autoayuda, un manuscrito de sabiduría para que alguien, a través de él, pueda obtener cierto grado de conocimiento, el mismo que el escritor sea capaz de transmitir.

 Tipo de narrativa (salvo si fuera un libro de aprendizaje de cualquier disciplina). Esto es un asunto muy personal, y quizás el aspecto más importante de tu manuscrito. Tal vez en esto no puedo ayudar mucho. Deberá ser el escritor quien resuelva. En cualquier caso, decida lo que decida, el siguiente paso será el “cómo contarlo”. Ello puede ser directa o indirectamente.

Lo directo ofrece una puerta rápida al trasfondo del manuscrito. Lo indirecto podrá hacer que nos detengamos levemente. Echar un vistazo atrás y alternarlo con un paso hacia adelante, con sonrisa o sin ella, da igual, dependerá de lo que exija el guion.

Guion: ¿Cómo hablar de ello, cómo explicarlo, cómo llevarlo a cabo?

Ya tenemos el porqué, falta el cómo y el cuándo, tal vez lo tercero no sea necesario, no en este intervalo. Lo que sí es necesario es el esquema. Género, sentido, personajes y carismas de estos. Y luego están las malditas reglas a anexar.

Lo único que es irrefrenables es el tiempo, todo lo demás puede ser modificado al antojo del narrador. Mas la planificación siempre es importante.

¿Cuánto tiempo quiere o puede dedicar a su relato? 

Las atribuciones y deliberaciones, tercer paso, han de conducirnos a los detalles que querremos o no mostrar; de nuevo la longitud del camino aparece, nunca se fue, perdurará hasta llegar al otro extremo, aunque siempre se puede engrosar, gracias al proceder de quien escribe; no puede detener el tiempo, pero sí jugar con él. Conjugar los verbos con el pretérito y con el indefinido futuro siempre proporcionará cierto grado de placer y de incertidumbre en el lector, pues ya se piensa en que el mensaje va a ser transmitido.

Las reglas del juego han de ser descritas en este tercer proceso. Ellas serán acompañadas por los carismas, virtudes y defectos de los personajes. Cabe la posibilidad, a buen seguro que así será, de exagerar unos rasgos y ocultar otros; solo mostrar la parte trasera de la carta, y mantenerla así hasta el final, como en un buen juego de naipes.

Cuarto punto. Aléjate de los estereotipos y de lo tradicional, también de lo convencional, aunque cabe la posibilidad de que al narrador no le apetezca emprender en ese sentido. Las reglas están para romperlas, aunque antes hay que conocerlas. No obstante, puedes seguirlas o crear nuevas reglas, también transgredirlas. Todo y nada, forman parte de un incierto equilibrio; una vez son el negro, otras el blanco de cualquier historia. Aquí, como en todo, la geometría juega un papel preponderante y crucial. No las rompas si no quieres, mas no tengas miedo si has de hacerlo.

Pero recuerda; la inspiración se libera gracias a la combinación de los diferentes y existentes modelos, la mezcla de disciplinas sirve para enriquecer textos. Todo forma un compendio que hace ilimitada y libre la imaginación. Y desde la lejanía se pueden desarrollar y dar a conocer, al igual que aceptar nuevos puntos de observación.

Un consejo: no dejes de leer. Ocurre lo mismo con la música: puedes tener tus propias creaciones, pero no puedes anclarte en lo poco o mucho que hagas. la diversidad en sí forma parte del arte.