Muy a su pesar, dicharachero por naturaleza y nihilista por definición.

La guitarra; su amor platónico. No concibe la vida sin música.

La literatura; su pasión. Y, aunque se pierde entre la divulgación científica y anda encaminado en hallar su propio estilo literario, es absolutamente ecléctico en cuanto a la narrativa; le encantan las salidas de hilo de Cervantes, la enfática metodología de Virginia Wolf, los detalles de J.J. Pérez Benítez 

¿Quién?