El género, ¿política o sentido común?
Anoche, escuchando el programa «Efecto Doppler» de Radio 3 ( http://mvod.lvlt.rtve.es/resources/TE_SDOPPLE/mp3/7/9/1548277785397.mp3 ), que se emite desde las 21 hasta las 22 horas. Me encontré con el siempre interesante debate de la necesidad de modificar o no el idioma para hacerlo menos machista. El invitado del programa de ayer ( 23 de enero de 2019), Pedro Álvarez de Miranda, miembro de la Real Academia de la Lengua Española ( http://www.rae.es/academicos/pedro-alvarez-de-miranda ), estuvo en antena los primeros 25 minutos de programa, los cuales fueron encauzados a hablar sobre el género y el machismo. El debate va sobre la transgresión del lenguaje para adaptarlo a un mejor feminismo. Palabras como monstruas, miembras, portavozas, son palabras muy oídas últimamente. Sobre todo por contar con que, según la RAE, el género masculino es inclusivo (cuando se habla en plural incluye a personas de ambos sexos). Queda claro que estamos ante un hecho político, también social. Desde mi punto de vista y atendiendo a la genética (los hombres tienen el cromosoma XY, y las mujeres el cromosoma XX, que es lo que determina sin un ser es varón o hembra) podríamos decir que todos tenemos una parte femenina, pero no todos tenemos una parte masculina. En este sentido, sería correcto que el género inclusivo fuese el femenino. Sí, habría que aceptar la palabra todas para referirse a un grupo de personas de distinto género. Pedro Álvarez de Miranda, añade que en los idiomas provenientes del latín (desde entonces) se ha tomado como inclusivo el género masculino, no es algo nuevo, es muy antiguo. ¿posible de anular? Ya se vería. Se sigue y, sobre el minuto 12 del programa, entra en juego la vocal final (en aquella frase de Manuela Carmena ( vosotras, vosotros, y vosotres ) para establecer esa diferenciación, tal vez «vosotres» se refiere al colectivo homosexual. Y sería muy posible y aceptado por todas las partes ( hembras y varones con distinta condición sexual) pero habría que ver quién se atreverá a cambiar este idioma. Ya se inició cierto proceso con palabras terminadas en nte. Y si nos vamos a lo que dijo la Fundéu (fundación cuya misión es velar por el buen uso del idioma español en los medios de comunicación, en especial los informativos, y cuenta con el asesoramiento de la RAE) nos encontramos con otro gran problema; » ‘Presidenta’, en femenino: es correcto«. https://www.fundeu.es/escribireninternet/presidenta/ Y aquí viene cuando la matan: Si íbamos a quedar en que la terminación, con vocal E, representa a todas las personas (y por ende, también a animales de distinto género), ¿para qué cambiar la terminación nte? Vicepresidente/vicepresidenta en vez de LA/EL vicepresidente. Y si seguimos por este camino tendríamos que cambiar (bajo lo que recoge la fundación Fundéu) cualquier palabra con esa terminación NTE. Sustantivos y adjetivos hay de todo tipo: Gerente, delineante, teniente, ponente, amante, caminante, dirigente, preferente, sirviente, mordiente, almirante, fabricante, inherente, impotente, gente, ente, currante, inteligente, sorprendente, alucinante, brillante, asfixiante, mente (y todas las que llevan este sufijo), cantante, constante, miente, divergente y convergente, cambiante, creyente, excelente, vacilante, ascendiente, descendiente, influyente, operante y cooperante, desesperante y exasperante, convincente, caliente, torrente, bastante … Imaginemos todas esas frases. Ahora si aquellos hombres que se encuentran en la situación expresada en la rae y que tiene por definición «Persona que mantiene con otra una relación amorosa fuera del matrimonio», ¿tendría que decirle a su mujer «querida tengo una amanta«?. ¿Y cuando busque una voz femenina para mi grupo de rock escribiré «se busca cantanta para grupo de Rock»? Y si una mujer destaca en cualquier faceta, ¿habrá que decirle, «eres brillanta o excelenta«? Y si es una pasota o dudosa se le dirá «eres muy vacilanta«?. Por cierto, así recoge la cita de la fundación Fundéu en ese enlace que puse más arriba: — Por último. Es cierto que el español conserva este infijo fundamentalmente en la terminación –nte, y es fácil caer en el error de creer que la emplea solo para referirse a la persona que realiza la acción del verbo (presidente el que preside, cantante el que canta, atacante el que ataca). Sin embargo esto no es una verdad absoluta: ni todos los verbos se refieren al agente con esta terminación, ni siempre que esta terminación aparece se asocia a la persona que lleva a cabo la acción del verbo. — No te parece bastante o bastanta rotura en el idioma, si ya tenemos los artículos, ¿no sería mejor utilizar estos? Por que, además, lo único que conseguiremos, ( bajo mi humilde mirada y mi respeto hacia la lengua, y hacia la mujer, pues mi bisabuela, mi abuela, mi madre, mi mujer, mi hija, mi hermana, mi tía, mi prima, mi amiga, mi vecina, mi profesora, mi compañera de trabajo, … todas son mujeres. Así que yo también soy feminista. Debo serlo, mi vida se rodea de mujeres y es lo más maravilloso de esta vida) si seguimos por esta senda de resquebrajar el idioma, será eso mismo, además de dejar de lado a otras personas que tienen por idioma materno uno distinto al nuestro y, si ya les cuesta trabajo estudiar nuestro idioma, no digo lo que supondrá crear tal separación en lugar de utilizar los artículos. Por cierto, PORTAVOZ –> del verbo portar, y del sustantivo Voz (aquí además es femenino: LA VOZ). Así que para nada debería ser portavoza.
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