Derrota
Volver a las poesías desacertadas
Esa dama de blanco, o qué más da, de negro,
aún no me ha mirado, a mí no se acercó,
ni la más mínima voluntad de aproximarse,
me quedé esperando a oír su canto de apruebo,
¿No podría fingir?, eso que batallé, pero…
su desprecio me abruma como truenos en otra
larga noche de tormenta, que no es más que, eso,
mi cobardía girando hacia esta derrota.
Ojalá, pudiera derretir el duro hielo
que por escudo tiene y, si, poder esbozar,
una sonrisa en su álgido rostro severo,
al entregarle una victoria, sea, ojalá…
y conseguir con ello, aprobación, un gesto.
Pero mi signo, siempre nocivo, me prohíbe,
siempre en mi penosa inferioridad, progresar
hacia un buen fin, algo para mí que me cohíbe,
desconocido es, hacia la dama, avanzar.
Dura dama de blanco, o qué más da, de negro,
crueldad no te falta, dama de hierro, maldita,
luchando sigo, por conseguir, si, tu refrendo,
aún sigo, con ahínco, esperando tu sonrisa…